Los cuidados paliativos tienen como finalidad ayudar a superar los síntomas de enfermedad de los pacientes, de manera que el malestar emocional y físico sea inferior.
En estos casos, se requiere el apoyo de seres queridos, ya sean familiares o amigos, y para ello es necesario tener algunos conocimientos para saber abordarlos en el hogar.
En este post vamos a tratar el tema para que sepas qué son los cuidados paliativos y cómo responder adecuadamente a las necesidades de la persona afectada en el propio domicilio.
¿En qué consisten los cuidados paliativos?
Cuando nos informan de que a un ser querido le queda poco tiempo de vida, no es algo fácil de asimilar. Si la persona padece una enfermedad grave que acarrea un intenso malestar físico, podemos optar por ayudarle, brindándole los cuidados paliativos que necesita. La finalidad es aliviar precisamente los síntomas que padece, como dolor agudo, malestar general o estrés.
Es lógico que los familiares no tengan nada claro cómo afrontar una situación tan complicada y con el tiempo es normal que aparezcan muchas dudas e incertidumbres acerca de lo que hay que hacer.
Una de las opciones por las que suelen optar los familiares de los enfermos guarda relación con los cuidados en hospitales. Ahora bien, las personas mayores que se encuentran en una situación de este tipo, suelen preferir pasar sus últimos días de vida en su hogar bajo el cuidado y la atención de las personas a las que más quieren.
Ahora bien, ¿los seres queridos realmente están capacitados para cuidar a la persona enferma durante esta última etapa que les queda por vivir? Naturalmente que sí, por algo dicen que el amor mueve montañas. Lo que sí es cierto es que es conveniente poseer algunos conocimientos para desempeñar estos cuidados correctamente y buscar ayuda profesional para compartir parte de las tareas.
¿Cuál es el objetivo de los cuidados paliativos?
Como ya hemos dicho anteriormente, los cuidados paliativos tienen la misión de ayudar a aquellas personas que tienen una enfermedad grave a la hora de recibir las atenciones que necesitan a nivel físico y emocional. La intención de estos cuidados es prevenir ciertos efectos secundarios y síntomas propios de la enfermedad, así como ayudar a la persona enferma a sobrellevar la situación.
Los cuidados paliativos suelen realizarse en la última etapa de vida del paciente, aunque también pueden llevarse a cabo tras el diagnóstico y durante el tratamiento recibido, que en ocasiones puede resultar bastante complicado.
¿Qué incluyen los cuidados paliativos?
Una vez que ya tienes claro qué son los cuidados paliativos, es aconsejable saber qué servicios incluyen. Las personas que padecen una dolencia muy grave deben hacer frente a ella y no únicamente a nivel emocional. Los síntomas de la enfermedad pueden ser bastante duros y provocar mucho dolor y malestar interior.
Dentro de los síntomas físicos más comunes que suelen manifestarse se encuentran el insomnio, la pérdida de apetito, dolor y dificultad para respirar. En este caso, estos efectos pueden disminuir con ayuda de medicamentos, dietas específicas o a través de los servicios de un fisioterapeuta.
En cuanto a los síntomas emocionales, pueden afectar a cada paciente de manera muy distinta, aunque los más destacados son los siguientes: miedo, estrés, aislamiento social, depresión y ansiedad.
Teniendo en cuenta los trastornos de tipo emocional, pueden emplearse diferentes terapias para tratarlos, ya sea a través de grupos de ayuda, recibiendo el apoyo de un psicólogo o simplemente con la compañía de un ser querido.
Los cuidados paliativos también abarcan otros servicios, como el asesoramiento en temas económicos, legales e incluso espirituales, en caso de que la persona lo considere necesario.
¿A qué público se dirigen los cuidados paliativos?
Los cuidados paliativos parten de una premisa fundamental: potenciar el bienestar y mejorar la calidad de vida del paciente crónico. Hay que tener en cuenta que las actuaciones pueden ser muy diversas.
Si nos preguntamos qué casos suelen recibir tratamientos paliativos, diremos que las personas con demencia, con enfermedades pulmonares o problemas cardíacos, enfermos de cáncer, ancianos y personas que sufren SIDA o ELA.
Cada enfermedad desarrolla síntomas diferentes y los cuidados paliativos deben tratar cada caso de manera distinta para adaptarse a sus necesidades tanto físicas como emocionales y sociales.
De ese modo, es preciso realizar una asistencia individual y personalizada para aliviar el malestar provocado por la enfermedad que se trate.
En algunos casos, los seres queridos deciden encargarse del cuidado de su familiar, mientras que la falta de tiempo en otros puede derivar en la contratación de un cuidador profesional. También es posible llevar a cabo una colaboración entre la familia y el cuidador para tratar la situación de la mejor forma posible.
Características del profesional en cuidados paliativos
No todo el mundo se encuentra capacitado para hacer frente a este tipo de situaciones. Los cuidadores profesionales que se encargan de los tratamientos paliativos deben tener ciertas actitudes que no todo el mundo posee, como son la paciencia y un óptimo equilibrio emocional.
Las personas que no tengan estas cualidades intrínsecas pueden terminar en un estado de frustración que termine por perjudicar su bienestar emocional. Además, la persona que finalmente se ocupe de los cuidados paliativos en el domicilio del paciente deberá contar con una elevada capacidad empática para atender sus necesidades como se merece.
Dejando a un lado a los seres queridos que desean prestar su ayuda directa a los enfermos, los profesionales que suelen hacerse cargo de la atención paliativa son varios: enfermeros y enfermeras titulados, cuidadores profesionales a domicilio, especialistas médicos, psicólogos, fisioterapeutas, nutricionistas y endocrinos.
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Cuidados paliativos en el hogar
Todas las personas que atraviesan una situación de este tipo, en la que han llegado a la etapa final de su vida, tienen todo el derecho a recibir la atención y los cuidados que se merecen.
El apoyo por parte de su entorno más íntimo resulta fundamental durante este periodo. Llegado el momento, es necesario pasar el duelo para aceptar el proceso y poder marcharse en paz. La atención prestada está dotada, por tanto, de todo tipo de cuidados físicos, pero también psicológicos que tienen como objetivo reconfortar y transmitir cariño y calidad humana.
Los cuidadores internos se centran en el cuidado físico, pero también tratan los síntomas sociales y emocionales para alcanzar el mayor nivel de confort posible. Para hacerlo realidad, estos profesionales deben trabajar codo con codo con los familiares para conocer mejor al paciente y saber cuáles son sus necesidades.
Los objetivos de la asistencia domiciliaria
La asistencia domiciliaria es un servicio muy recurrente para evitar el estrés y el cansancio propios de los miembros de la familia que suelen hacerse cargo por completo del enfermo crónico. Realizar cuidados paliativos en casa aporta tranquilidad y seguridad al anciano porque se encontrará en un ambiente cercano en el que poder controlar mejor los inconvenientes y conflictos internos generados por su enfermedad.
Los cuidadores profesionales suelen ser de gran ayuda y significan un gran apoyo para las familias. Gracias a su gran experiencia, saben cómo actuar en cada caso para evitar que las personas enfermas se sientan solas y vulnerables, mejorando su estado de ánimo y su autonomía.
Incidir positivamente en su calidad de vida es uno de los propósitos fundamentales de la atención domiciliaria. Ahora bien, si el cuidador cuenta con la ayuda de familiares y de un equipo médico, mucho mejor, pues la persona enferma podrá sobrellevar mejor los momentos más difíciles.
Los cuidados domiciliarios que llevan a cabo los cuidadores profesionales incluyen una atención integral a través de la cual cuidan al anciano enfermo, respetando su entorno, su privacidad y sus decisiones. Se trata de una solución óptima para que los familiares puedan decidir sobre el camino a seguir a medida que tengan lugar ciertas situaciones, sin que ello genere tanto estrés.
Las funciones de la cuidadora en la atención paliativa a domicilio
En los últimos años, ha crecido bastante la demanda de profesionales que atienden cuidados paliativos a domicilio. Los cuidadores encargados sirven de apoyo tanto a médicos como a psicólogos, enfermeros o trabajadores sociales y, por supuesto, ejercen un apoyo fundamental a los familiares que no pueden hacerse cargo de la persona enferma las 24 horas del día.
Estos profesionales se dedican principalmente a la higiene y aseo diario de la persona enferma, y se encargan de su alimentación y de facilitar su movilidad. También trabajan siguiendo las instrucciones del equipo médico y psicológico que sigue de cerca el caso del paciente.
Desde aquí vamos a tratar una a una las funciones de las que se encarga personalmente la cuidadora.
Aseo personal diario
Atender nuestra higiene diaria es una necesidad básica y en los casos de las personas con enfermedades crónicas, adquiere una especial relevancia.
De ese modo, la cuidadora tiene que encargarse del aseo diario, prestando mucha atención a la hora del baño para evitar cualquier riesgo en pro de su seguridad. En el caso de las personas que no pueden moverse de la cama, esta necesidad podrá realizarse en el mismo sitio, con el paciente en decúbito supino.
El aseo es el momento perfecto para detectar posibles lesiones en la piel, fruto de la presión o fricción, como es el caso de llagas, escaras o rozaduras. Para evitar su aparición, es necesario evitar arrugas en las sábanas, secar bien la zona de los pliegues y no masajear nunca las zonas que están enrojecidas. En caso de detectar alguna úlcera o similar, es importante ponerse en contacto con los familiares para que visiten al médico.
Alimentación
La profesional que brinda cuidados paliativos en el domicilio debe ser consciente de las necesidades y carencias del enfermo. Una de ellas guarda relación con la falta de apetito. Aquí la cuidadora nunca debe forzar a la persona a comer más de lo que desee y deberá acompañarla durante las comidas y las cenas.
En este sentido, decir que conviene crear un entorno agradable para comunicarse con la persona y evitar que se sienta triste, sola y aislada. De ese modo, conseguiremos mejorar su estado de ánimo y terminará por alimentarse lo suficiente.
Movilidad
A la hora de mejorar la calidad de vida del paciente es preciso fomentar su autonomía y movilidad. Para hacerlo posible, el cuidador profesional debe conocer todo lo que rodea al enfermo, empezando por las características y síntomas de su enfermedad y terminando por su estado físico y grado de movilidad.
Solo de esta manera podrá conceder los cuidados paliativos que necesita, mejorando su seguridad al saber los movimientos que puede y no debe hacer.
Algunas de las actividades más frecuentes que suelen practicar los pacientes con ayuda de sus cuidadoras son: paseos cortos, ejercicios personalizados o caminar por la vivienda.
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La asistencia domiciliaria favorece el equilibrio emocional de las familias
Cuando un familiar se encarga personalmente del tratamiento paliativo de su ser querido puede soportar una carga física y emocional demasiado intensa, lo que puede perjudicar su vida personal y la del paciente.
Asumir una responsabilidad tan grande y soportar el sufrimiento del enfermo día tras día puede acarrear trastornos importantes en forma de ansiedad y depresión. Es en ese momento cuando aparece la figura del asistente domiciliario que sirve para apoyar a las familias en momentos tan complicados.
Gracias a su ayuda, se afrontan mejor las situaciones.
Compartir y encomendar los cuidados paliativos a profesionales, a otros miembros de la familia y a través del uso de ciertos recursos sociales facilitará en gran medida la distribución de quehaceres, de forma que no resulten tan estresantes.
Asimismo, hay que pensar en el vínculo que termina creándose entre el cuidador profesional a domicilio y los seres queridos del enfermo. El resultado es un entorno mucho más sano a nivel emocional, algo que se traduce en una mejoría en el estado de ánimo y en un nivel de sufrimiento inferior. No obstante, a veces se hace necesario acudir a un psicólogo para que los familiares y el paciente sepan enfrentarse a su difícil situación.