En España se han instaurado distintas normativas que ayudan en la vida diaria de las personas que presentan dificultades físicas e intelectuales. El objetivo de todas ellas es aportar ciertos beneficios para mejorar su calidad de vida. La ley más conocida y, por tanto, la más reciente es la Ley General de Derechos de las Personas con Discapacidad y su Inclusión Social (LGD). Este texto aprobado el 29 de noviembre de 2021 sustituye a la anterior Ley de Integración Social de personas con discapacidad (LISMI).
En este sentido, cualquier persona que se encuadre en cualquiera de los grados de discapacidad estipulados podrá recibir una prestacion por discapacidad. Asimismo, se le otorgan otros beneficios, así como protección legal y social para el resto de su vida. Todo ello a cargo de los servicios públicos del país.
Conoce la anterior Ley de Integración Social de personas con discapacidad (LISMI)
Para poder comprender la actual ley planteada para personas con limitaciones tanto físicas como intelectuales, hay que profundizar en la anterior. La conocida normativa LISMI es la base de muchas de las actuales indicaciones. Si bien el nuevo texto trae consigo grandes mejoras, la parte fundamental del mismo proviene de esta regulación.
En ella se establecen las clasificaciones referentes a esta afección, dividiendo a este colectivo en distintos grupos. Concretamente, desde 1982 se plantea un grupo con beneficios discapacidad 33 al 65% y otro grupo con beneficios para discapacidad 65 en adelante. Estos escalones graduales son los que utiliza la administración para determinar la cuantía a abonar por cada ayuda o prestación.
A esto se le suman las nuevas implementaciones de la actual normativa que genera nuevos beneficios para estas personas. Todo ello, siempre y cuando, el nivel de discapacidad no sea alterado con el tiempo. Así pues, el nuevo texto retira la condición de sujeto pasivo a estas personas para posibilitar una mejor y mayor integración. Ello significa el alza de nuevos beneficios más allá de simples subsidios o ayudas, abriendo puertas al mundo laboral y otros sectores.
Beneficios discapacidad 33 por ciento en adelante con la normativa LGD
Esta regulación comprende ventajas en materia social, fiscal y laboral en la mayoría de los casos. Asimismo, cabe recalcar que los beneficios son similares para cualquier receptor de los mismos, con indiferencia de su grado de discapacidad. Si bien a niveles más altos, es común la obtención de ventajas adicionales y la adaptación de las prestaciones, por lo demás todo es igual.
Tanto la discapacidad 33 beneficios como cualquier otra se adapta en base al receptor de los mismos. En concreto, teniendo en cuenta si son personas mayores o menores de edad que necesitan de una especial atención‘. A continuación, se especifican algunas ventajas que pueden ser aplicadas a cualquier beneficiario:
- Reserva de algunas plazas por volumen de alumnos en centros educativos como institutos o universidades.
- En caso de que fuere aplicable, disponibilidad de teleasistencia para brindar cuidado personal.
- Prestaciones u otro tipo de ayudas para poder adquirir o adaptar un vehículo personal para personas con dificultades de movilidad.
- Asistencia integral a nivel sanitario y farmacéutico.
- De querer acceder a una vivienda de protección oficial, las personas discapacitadas tendrán hasta un 33% de las plazas disponibles.
- En lo referente a la educación, los beneficiarios de la LGD podrán acceder a becas y cuotas económicas para sus estudios.
- Disminución de los costes de aquellos productos que deban adquirir estas personas por su especial condición.
- Reserva de aparcamientos para personas con movilidad reducida y permiso para estacionar en ellos.
- Descuentos y promociones para asistir a actividades culturales muy variadas.
- Si se utilizase habitualmente el transporte público, compensación económica por los gastos que ello suponga.
Para aquellas personas con un grado de discapacidad superior al 65% se aplican los anteriores beneficios, a la par que se le otorgan algunos adicionales. A mencionar:
- Disminución de las tarifas en el uso de trenes de media o larga distancia, tanto para el beneficiario como su acompañante.
- Oportunidad de poder jubilarse anticipadamente sin que ello afecte a su pensión.
- Para aquellas personas con un grado de discapacidad alta, superior al 75%, su prestación se incrementará en un 50%.
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Pagas por discapacidad: cuáles son y requisitos para obtenerlas
Primero de todo hay que tener en cuenta que cada tipo de discapacidad tendrá inherente una prestación concreta. Las personas que no rebasen el 33%, de primeras, no tendrán derecho a recibir compensación económica. No obstante, a fin de salir de dudas se recomienda asesorarse mediante un trabajador de la Seguridad Social.
La paga por discapacidad 33 o mayor será igual a una retribución ajustada a la condición del demandante. Para estas personas no existe una cuantía fija ya que es necesario observar distintas variables como el tipo de discapacidad, la dependencia…. Por ello, para determinar si tiene derecho a un subsidio o cuánto recibirá, póngase en contacto con la Seguridad Social.
En cuanto a las discapacidades totales, en las que el trabajador ya no puede desempeñar sus funciones laborales se aplica lo siguiente. El receptor recibirá un 55% de la base reguladora que ascenderá un 20% al superar los 55 años. Ello en respuesta a las posibles dificultades para encontrar un trabajo.
Si en vez de una discapacidad total es una absoluta, el discapacitado recibirá la totalidad de la base reguladora. Esta cifra aumentará un 50% extra en caso de presentar gran invalidez y ser incapaz de poder cuidarse a si mismo. El objetivo de este aumento es poder cubrir los gastos referentes a la contratación de un cuidador de mayores.
Cualquier paga por discapacidad se calculará en base a distintos factores de relevancia como el estatus legal, la dependencia, edad y otros. Hay que tener en cuenta que no todos los factores computan de la misma forma, dependiendo, sobre todo, de la gravedad.
¿Qué debe cumplirse para recibir una paga por minusvalia?
Gracias a la Ley de la Seguridad Social se pueden estipular todos los requerimientos para poder recibir alguna de las pensiones disponibles. Concretamente, los siguientes son requisitos que se deben cumplir.
Si la discapacidad está englobada dentro de un grado de discapacidad definitivo o gran invalidez, no se tendrán en cuenta los siguientes. La concesión de esta ayuda dependerá de otros factores. Para los demás:
- Tener una edad inferior a 65 años.
- Estar registrado y dado de alta en el servicio público de Seguridad Social.
- Haber trabajado lo mínimo requerido para que se exponga un periodo de cotización válido.
- Estar en posesión de un certificado que verifique la condición sufrida y haya sido emitido por el profesional pertinente.
- En caso de que se deba a una enfermedad común, se requerirá una media de 5 años trabajados para poder recibirla.
- Si la discapacidad ha ocurrido por un accidente o durante las funciones laborales, no se pedirá la cotización anterior.
¿Cómo solicitar la retribución por condición de discapacidad?
Para poder acceder a estas ayudas debes tener en cuenta que las competencias de la sanidad pública muchas veces están transferidas a las comunidades autónomas. Esto significa que, en tu caso particular, puede darse el caso de que la forma de gestionarlo sea diferente. No obstante, te mencionaremos una serie de datos que son compartidos en todos los trámites disponibles.
En lo que respecta a la documentación que tendrías que presentar, podemos darte algunas pinceladas de lo que te solicitarán. En este sentido, es seguro que te exijan un documento nacional de identidad para verificar tu identidad. Así como un certificado o historial clínico que sirva a las autoridades para validar tu condición de discapacidad.
Además, si el solicitante es menor de edad o está en situación de dependencia deberá asistir con la documentación de su tutor o representante legal. Por lo demás, cualquier otro escrito te será pedido in situ. También puedes llamar al número oficial de la Seguridad Social para pedir información acerca de estas prestaciones.
De hecho, es importante destacar que cuando la solicitud sea a raíz de una enfermedad profesional se requerirán exámenes posteriores. El órgano encargado puede disponer de un equipo especializado para valorar este tipo de casos particulares.
Con la entrada en vigor de la nueva ley LGD, ¿se tienen en cuenta aún las prestaciones y derechos?
Aunque de forma reciente se ha cambiado la Ley que otorga derechos a las personas discapacitadas, no se le han recortado los mismos. Todos aquellos beneficios que han sido mencionados más arriba siguen estando disponibles para todos los receptores. La ley no se ha centrado en reducir las ayudas a estas personas, sino en la adaptación y mejora de su calidad de vida.
Ahora, con la Ley General de Derechos de Discapacitados e Inclusión Social (LGD) estas personas pueden acceder al mercado laboral. Esta posibilidad se ha abierto al exigir a las empresas que dispongan al menos de un 2% de plazas para personas con certificado de discapacidad. Con ello, muchos beneficiarios han conseguido acceder al mercado laboral y obtener ingresos por su propia cuenta. Algo que, lejos de empeorar las condiciones, las ha mejorado considerablemente.
Asimismo, este texto no solo está pensado para trabajadores individuales que sufran esta afección. Es decir, se contempla una gran variedad de supuestos en centros de trabajo que afectan a multitud de personas con discapacidad. De hecho, para facilitar que esto suceda, el Estado ofrece condiciones ventajosas a aquellas empresas que decidan contratar a estas personas. También afecta por igual a los clientes de las mismas.
En resumen, la nueva ley ha traído un nuevo panorama que facilita considerablemente la vida a las personas con discapacidad. Con la ayuda de esta normativa, las compañías estarán impulsadas por plantillas más diversas con espacios seguros y adaptados. Algo que habrá que tener en mente para ver como avanza la sociedad de ahora en adelante.
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Cuidadores de personas mayores: su gran labor ayudando a personas con elevados grados de discapacidad
Los cuidadores de personas mayores o con discapacidad son profesionales altamente cualificados. Gracias a sus conocimientos y habilidades pueden ofrecer una mejor vida a las personas para las que trabajan. Se encargan, técnicamente, de mejorar el bienestar y calidad de vida de los sujetos que sufren estas afecciones.
Pueden ayudar en las tareas diarias o el cuidado personal cuando el nivel de dependencia es elevado. Ello conlleva dar soporte a ancianos o discapacitados para que puedan realizar tareas que por si solos no podrían llevar a cabo. Además, si se sufre una enfermedad grave que incapacite al paciente, pueden administrar la comida y los fármacos. Todo de la forma más profesional posible y siempre buscando la comodidad del enfermo.
Asimismo, en aquellos casos en los que la persona deba acudir al centro médico u otros sitios, el cuidador puede serle de gran ayuda. Su papel como acompañante puede ofrece grandes ventajas. Desde el entendimiento de lo que diga el especialista médico hasta la adquisición de todos aquellos medicamentos que se necesiten.
En conclusión, disponer de una persona con esta formación puede hacer la vida de estas personas mucho más cómoda. Algo que, si bien pueden llevar a cabo familiares, no se adaptará completamente a lo que de verás necesitan.