Las personas mayores suelen ser objeto de prejuicios simplemente por su edad. A este tipo de discriminación se le conoce con el nombre de edadismo. Desde aquí vamos a tratar este con detalle este concepto con la intención de concienciar a las personas sobre la necesidad de acabar con los comportamientos discriminatorios hacia las personas mayores.
¿En qué consiste el edadismo y hasta qué punto está integrado en nuestro día a día? ¿Es posible combatirlo? Sigue leyendo y te daremos las respuestas.
¿Qué es el edadismo?
El significado de edadismo no está contemplado por la Real Academia Española. Ahora bien, hace alusión a los comportamientos de tipo discriminatorio y a todas las actitudes negativas dirigidas a personas mayores o de edad avanzada.
Tal y como señala la Organización Mundial de la Salud, demasiadas personas en el mundo ejercen su edadismo hacia la vejez, algo que debe erradicarse de una vez por todas. Además, la mayoría de las veces, el edadismo está asociado al género, y las mujeres mayores suelen sufrir mayores episodios de edadismo por su edad y género. A veces, también hay que añadir la etnia, por lo que además de sufrir edadismo, las personas mayores también pueden ser víctimas de actitudes racistas.
Aunque nunca hayas escuchado esta palabra, lo cierto es que el edadismo forma parte de nuestra sociedad. Esta forma de discriminación está a la orden del día y puede adoptar diferentes aspectos.
Algunas personas pueden realizar comentarios hirientes sobre las limitaciones de la edad, pero también existen determinadas prácticas profesionales que denigran a la persona mayor, principalmente cuando se está acercando la edad de jubilación.
A medida que nos hacemos mayores, el debilitamiento cognitivo y físico se hace evidente y existe mayor riesgo de contraer ciertas enfermedades, como diabetes, colesterol o enfermedades neurogenerativas. Sin embargo, no se puede generalizar y no todos los mayores tienen demencia o una patología crónica.
Es un error considerar a todas las personas mayores iguales y creer que todas son vulnerables y dependientes. Las personas de edad avanzada son tan útiles como el resto y no deberían tener que enfrentarse a estas desigualdades y discriminaciones sociales.
Precisamente estos estereotipos han hecho que a muchas personas les dé miedo envejecer al creer que tendrán que enfrentarse a multitud de enfermedades. Cuando hablamos de este temor hacemos referencia a la gerontofobia; un concepto auspiciado por el edadismo, encargado de encasillar a todas las personas mayores, como si su vida no mereciera la pena ser vivida.
¿Dónde y cómo aparece?
El edadismo tiene lugar principalmente en el caso delas personas mayores que son dependientes y que apenas carecen de autonomía. Sin embargo, también existen otras formas de discriminación hacia las personas que envejecen únicamente por su edad, algo que puede aparecer en diferentes ámbitos como los que destacamos a continuación:
- Edadismo en la familia. Aunque parezca increíble, ese tipo de situaciones discriminativas pueden darse en la familia de la persona mayor. De ese modo, se pueden vivir situaciones realmente injustas al no tener en cuenta sus deseos, gustos o sentimientos. Algunas personas, aunque sean seres queridos, piensan que las personas de edad avanzada no tienen nada que aportar, cuando es justo lo contrario al encontrarnos con personas de mayor experiencia y mentes juiciosas que pueden aconsejar y aportar grandes ideas en base a sus experiencias de vida.
- Edadismo en el entorno digital. Cada vez son más los mayores que se interesan por la tecnología, aunque el entorno digital sigue siendo una barrera infranqueable difícil de derribar. Las nuevas tecnologías forman parte de nuestro día a día y muchos jóvenes piensan que sus abuelos son incapaces de utilizarlas.
- Edadismo en las instituciones. Las instituciones no suelen tener en cuenta las necesidades de este colectivo a la hora de aplicar sus normas o leyes.
- Edadismo en el trabajo. La sociedad en general cree que los trabajadores de mayor edad no trabajan de forma tan precisa como el resto. Normalmente, este tipo de discriminación empieza a parecer a partir de los 55 años de edad. Lo que muchas empresas desconocen es que, dada su experiencia vital y profesional, pueden estar perdiendo a empleados muy válidos y efectivos.
¿Qué tipos de edadismo existen?
La discriminación que estamos describiendo en este post se presenta en muchos aspectos del día a día, y desde aquí te vamos a presentar algunos ejemplos de ello:
- Edadismo a nivel personal. Muchas personas discriminan a otras por su edad sin apenas darse cuenta de ello. Este tipo de discriminaciones pueden aparecer en forma de palabras o acciones, algo que puede evitarse si empezamos a analizar nuestra actitud frente a las personas mayores.
- Edadismo intencionado. Tiene lugar cuando la discriminación se realiza de forma intencionada y las personas se aprovechan de la vulnerabilidad de los más mayores.
- Edadismo institucional. Ya hemos hablado del edadismo que tiene lugar desde las instituciones a través de sus normas y leyes, aunque también puede ejercerse a través del uso inapropiado de un lenguaje no adaptado.
Ejemplos de prejuicios y estereotipos que marcan nuestra sociedad
La discriminación por edad está vigente en nuestra sociedad y es transmitida de forma automática de unos a otros, dejando a las personas mayores en una posición vulnerable. Bajo esta condición de inferioridad, no se tienen en cuenta los sentimientos y las capacidades de la persona.
Estás actitudes discriminatorias pueden verse todos los días de una forma más o menos manifiesta. Desde aquí te vamos a dar algunos ejemplos de comentarios bastante comunes que son totalmente desacertados y erróneos.
- «Las personas mayores carecen de actividad y apenas se mueven». Las personas mayores de 60 años tienen una salud excelente y suelen mantenerse activas a nivel físico. Además, nuestra civilización ha permitido que las generaciones evolucionen, de forma que al finalizar su actividad profesional, las personas jubiladas puedan disfrutar de una vida plena y dedicarse a sus inquietudes y hobbies en su tiempo libre. De hecho, muchas de ellas deciden continuar con su trabajo o prestar ayuda en empresas familiares que han sido transmitidas a sus hijos o incluso nietos.
- «Las personas mayores son incapaces de entender las tecnologías». Es lo que nos referíamos con respecto al edadismo digital. Se trata de una idea concebida por los jóvenes nacidos en la era digital. En este sector existen muchos prejuicios asociados a las personas de mayor edad.
- «A su edad, no debería hacerlo». Dentro del concepto de edadismo también existe un tipo de prejuicio protector, que no tiene una intención negativa, sino sobreprotectora hacia personas que han cumplido una cierta edad. Sin embargo, aunque se crea que están haciendo lo correcto, en realidad, están coartando su libertad.
Existen muchos más ejemplos que podríamos nombrar y que pueden detectarse fácilmente a través de situaciones cotidianas en las que solemos discriminar a las personas mayores. Su conocimiento es esencial para poder corregir nuestras actitudes de cara al futuro.
Edadismo y su relación con personas dependientes
El edadismo está asociado a cualquier persona mayor, pero ese tipo de discriminación suele incidir con mayor insistencia en las personas sin autonomía. Cuando la vejez implica cierto grado de dependencia, los familiares y seres queridos pueden volcarse hacia ellos de forma alarmante.
Que una persona no pueda valerse por sí misma en algo concreto, no significa que no pueda hacerlo en otras facetas de su vida. Por lo tanto, lo que hay que hacer es ayudar a la gente de mayor edad, pero motivarlas para mantener cierta independencia y que puedan decidir por sí mismas.
Por esa razón, los cuidadores profesionales se adaptan a cada persona mayor, sin ejercer ningún tipo de discriminación y estereotipo. Ofrecen una atención adecuada en base a las necesidades de cada paciente, teniendo en cuenta sus motivaciones y capacidades.
¿Cuáles son las consecuencias del edadismo en la salud?
El edadismo puede acarrear efectos muy negativos en la salud de las personas afectadas. La discriminación por motivos de edad latentes en nuestra sociedad, hace que las personas mayores mantengan una actitud negativa hacia su propia vejez.
Sus pensamientos condenatorios pueden provocar un nivel de autonomía inferior, menos productividad y mayor riesgo de enfermedad cardiovascular.
De hecho, incluso en los centros médicos y en las salas de asistencia social pueden darse estas discriminaciones, haciendo que los mayores se sientan aún más vulnerables.
El deterioro físico es uno de los factores asociados a estos prejuicios, aunque también se basan en la falta de actividad física y en los trastornos neurodegenerativos como el Alzheimer, considerados como una patología normal, fruto del envejecimiento.
La sociedad actual fomenta este tipo de estereotipos e incluso va más allá ante la idea de que las personas mayores se convierten en una carga económica a la que hay que hacer frente sin más.
¿Cómo combatir el edadismo?
Ese tipo de actitudes discriminatorias se encuentran arregladas en el día a día, aunque se pueden combatir siguiendo los siguientes pasos:
- En primer lugar hay que analizar las acciones y las palabras que utilizamos y que pueden significar algún tipo de discriminación. Para hacer lo posible hay que preguntarse si se está hiriendo a una persona mayor o si con esa actitud la estamos invalidando.
- Es importante conocer el edadismo y saber cómo actúa. De esa forma, una vez se detecte, podemos emplear otro tipo de lenguaje o dejar de actuar en contra de la persona mayor a través de los estereotipos marcados que tanto daño hacen.
- Detectar el edadismo que aparece a nuestro alrededor. A la hora de evitar el edadismo, es muy útil detectar frases o acciones que impliquen algún tipo de discriminación. En cuanto una persona lo esté llevando a cabo delante de ti, es de vital importancia hacérselo saber. Así se podrá reducir el nivel de edadismo vigente en la sociedad.
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Prevención del edadismo
Tal como sucede en el sexismo o el racismo, muchos comportamientos o actitudes se basan en repeticiones constantes de las que ni siquiera somos conscientes. Para entender mejor el efecto negativo que puede acarrear este tipo de actitud, lo más aconsejable es sensibilizar a la sociedad para que tome conciencia y evite el edadismo impostado.
Además de informar sobre esta discriminación, se pueden desarrollar actividades entre los más jóvenes, cuyos grupos suelen ser una gran fuente de incomprensión hacia la tercera edad.
Jubilación y edadismo
Es fundamental aclarar que la jubilación y la vejez no van de la mano. Para terminar con la discriminación asociada a la edad, las instituciones deberían desvincular ambos conceptos. Y es que el simple hecho de acercarse a la edad de jubilación no significa que deba existir una actitud discriminatoria hacia la profesionalidad de estas personas.
En ese sentido, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, también conocida como OCDE, recomienda eliminar la edad legal obligatoria a la que las personas deben jubilarse para acabar con estas actitudes discriminatorias. El objetivo es que cada persona pueda escoger el momento en el que frenar su actividad profesional, en lugar de ser una imposición relacionada con la edad.
Edadismo y coronavirus
Los principales damnificados por la pandemia del Covid-19 han sido las personas mayores. De hecho, según los datos recogidos hasta la fecha, la mayoría de las defunciones han tenido lugar en los mayores de 60 años, especialmente en el caso de las personas a partir de 80 años.
Ahora bien, el coronavirus ha potenciado este tipo de discriminación al ser agrupados en una misma categoría, cuando las personas mayores son muy diversas y heterogéneas. La heterogeneidad, por tanto, debe tenerse en cuenta, tal y como sucede con el resto de las personas.
Algo que también debemos erradicar es el uso del lenguaje que termina interiorizando en nosotros este tipo de creencias. Ciertos comentarios dañinos acerca de la vejez deberían eliminarse para acabar con el edadismo y hacer que las personas mayores se involucren y participen activamente en la sociedad.