Dicha persona tendrá descuentos en transporte, ocio y cultura y otros servicios mencionados en este artículo.
La pensión subirá un 8,5%, por supuesto si reúne los requisitos para obtener dicha incapacidad.
Hay excepciones, dado que se pueden realizar revisiones del estado de la persona.
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Ventajas de ser pensionista por incapacidad permanente total
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- Ventajas de ser pensionista por incapacidad permanente total
- Qué se entiende por incapacidad permanente total
- Todas las ventajas de ser pensionista por incapacidad permanente total
- Qué ayudas son compatibles con la condición de incapacidad permanente total
- Cuáles son las personas que pueden pedir la incapacidad permanente total
- Los diferentes tipos de incapacidad permanente
La condición de incapacidad permanente total es un estado reconocido por la seguridad social que está sujeto a diferentes condiciones que no se deben perder de vista.
Sin embargo, son muchos los trabajadores o los familiares de los mismos que no entienden bien qué es. Por ello, aquí vamos a aclarar a fondo el concepto de incapacidad permanente total y a explicar todos los aspectos relativos a su concesión y beneficios.
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Qué se entiende por incapacidad permanente total
Es importante dejar claro antes de entrar con otros aspectos qué es la incapacidad permanente total. Como sucede con otros aspectos relativos a la condición de los trabajadores, es la seguridad social la que se encarga de determinar si alguien puede o no acogerse a este tipo de incapacidad.
Para ello deben concurrir una serie de factores. Cuando se habla de incapacidad permanente total se entiende que es una situación en la que el trabajador no puede llevar a cabo de ninguna forma el trabajo que venía haciendo de forma habitual. Sin embargo, sí que puede seguir realizando otros. Es decir, los problemas que impiden llevar a cabo una tarea no incapacitan absolutamente para toda actividad laboral.
Por ello, es importante tener claro qué es el trabajo habitual. Esto depende de la situación que lleve a obtener la incapacidad permanente total. En el caso de que se llegue a esta situación por una enfermedad común, se tendrá en cuenta el trabajo realizado durante los últimos 12 meses.
Sin embargo, si la incapacidad es fruto de un accidente, sea laboral o no, entonces solo se considerará el trabajo desempeñado en el momento de sufrir dicho percance.
La persona que ve reconocida la incapacidad permanente total por un problema de salud obtiene como mínimo el reconocimiento de un 33 % de discapacidad. Sin embargo, esta situación no tiene que ser de por vida. Existen situaciones en las que la incapacidad permanente total puede revocarse debido a los diferentes análisis que la seguridad social irá haciendo con el paso del tiempo.
Las situaciones que pueden llevar a revocar dicha situación son tanto la curación del problema de salud que había llevado a obtener la incapacidad como el rechazar tratamientos para curarse o no atender a los consejos médicos para conseguir una mejora en el estado de salud.
Todo lo que hemos descrito aquí es lo que crea el marco básico para las personas que cuentan con el reconocimiento de la incapacidad permanente total. Ahora toca descubrir las ventajas que trae aparejada dicha situación.
Todas las ventajas de ser pensionista por incapacidad permanente total
Al tratarse de una situación reconocida oficialmente que pone a las personas en desventaja frente a otras que no padecen ningún problema de salud, todo el que tiene reconocida la incapacidad permanente total cuenta con una serie de ventajas en varios ámbitos.
Estos beneficios van desde los puramente económicos hasta los que se refieren a ventajas sociales para adquirir viviendas y otros productos. Vamos a verlo todo con mayor detalle a continuación.
Beneficios económicos
Como ya dijimos, el reconocimiento de esta incapacidad impide que una persona siga desarrollando la actividad económica que venía haciendo de forma habitual. Por ello, las autoridades reconocen una pensión que sirve para amortiguar el golpe económico que supone la incapacidad para trabajar.
En un principio, esta pensión será vitalicia, aunque, como también vimos, se puede revocar si desaparecen las circunstancias que llevaron a la obtención de la incapacidad permanente total.
Cabe hacerse ahora la pregunta sobre cuánto se cobrará al recibir esta pensión. Esto depende de muchas variables como la base de cotización previa, el tipo de situación que lleve a la pensión o la edad que tenga la persona al acceder a dicha situación.
Dicho lo anterior, es casi imposible determinar de forma exacta el importe de la pensión de alguien sin acceder a su datos. Con todo, lo normal es que se reconozca de entrada el 55% de la base de cotización y el 75% en el caso de estar hablando de personas con una edad superior a los 55 años en determinados casos.
Eso sí, algo que hará que la pensión aumente es el caso en el que la persona que accede a la incapacidad permanente total tenga personas dependientes a su cargo, una situación que hay que demostrar en el momento de solicitar la ayuda.
Ventajas laborales
La persona con incapacidad permanente total no puede desarrollar un trabajo, pero sí otras actividades profesionales e incluso recibir el subsidio por desempleo. En estos dos casos, la pensión por incapacidad no desaparece y es perfectamente compatible con el resto de ingresos.
Eso sí, la actividad que se vaya a llevar a cabo debe estar bien diferenciada de aquella para la que se ha reconocido la incapacidad permanente total. Si una persona termina haciendo un trabajo similar al que hacía cuando obtuvo la situación de incapacidad, las autoridades revisarán su situación eliminando con toda probabilidad la pensión y el reconocimiento de minusvalía que existiese.
Otro aspecto que debe valorarse de forma adecuada es el del acceso a la función pública. En todas las pruebas para convertirse en funcionarios se reservan plazas para personas que tengan al menos un 33 % de discapacidad reconocida. Estas plazas son exclusivas para estas personas, por lo que aquí se puede encontrar una puerta de retorno al mercado laboral gracias a las ventajas que aporta el reconocimiento de la incapacidad permanente total.
Protección en los estudios
Para que una persona con incapacidad permanente total pueda volver a trabajar, en muchas ocasiones es necesario reciclarse profesionalmente. Por ello, son muchos los cursos, másteres y cualquier otro tipo de formación reconocida que está becada por las autoridades para personas que presenten este problema.
Se trata de una oportunidad muy interesante, ya que es posible combinar las becas con la pensión por incapacidad sin que ello implique ningún tipo de contradicción para las personas que quieran hacerlo.
Beneficios para acceder a una vivienda
Hay casos en los que la incapacidad permanente total conlleva una pérdida de movilidad que exige que se adapten las viviendas en las que viven estas personas e incluso que sea obligada la mudanza a una nueva con condiciones que permitan la mejor calidad de vida.
Las autoridades reconocen estas necesidades y las tienen presentes en la concesión de ayudas. Así, quien tenga reconocida la incapacidad permanente total podrá solicitar una ayuda económica para llevar a cabo la reforma de su vivienda habitual y acondicionarla para sus nuevas necesidades.
También es posible solicitar viviendas del parque de VPO. En estas siempre se reservan un buen número de propiedades adaptadas a personas con problemas de movilidad para que puedan cubrir las necesidades que se encuentren en dicha situación.
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Descuentos en el transporte público y privado
Aquí sucede algo similar a lo que pasaba con la vivienda. La persona con incapacidad permanente total necesitará moverse, pero su vehículo anterior no cumplirá con las condiciones para que pueda usarlo.
Por ello, las autoridades reconocen varios tipos de ayudas para las personas con este tipo de problemas. Por ejemplo, estas cuentan con un IVA reducido al 4% para la compra de un nuevo vehículo. También existen ayudas para modificar el que ya esté en propiedad y poder adaptarlo a las nuevas condiciones de movilidad de la persona.
Lo anterior es lo que se refiere a la movilidad privada, pero no es lo único que una persona con incapacidad permanente total debe tener en cuenta.
El transporte público también le ofrece un buen número de ventajas que no debe dejar de considerar. Los abonos de transporte para metro o autobuses suelen estar siempre bonificados para personas con discapacidad, aunque la cuantía de esta bonificación es algo que depende de cada comunidad autónoma.
Ventajas sociales
Aquí podemos contar esos descuentos e incluso pases gratuitos para muchos espacios que obtienen las personas con incapacidad. Es cierto que no son unos beneficios tan importantes como los relativos a vivienda o transporte, pero sí que ayudan a que las personas puedan mantener una vida plena en la que el ocio también resulte accesible.
Cines, museos, teatros y otros muchos espacios cuentan con tarifas especiales para personas con incapacidad permanente total, tarifas que pueden incluso llegar a ser completamente gratuitas.
Beneficios en tratamientos y maquinaria de ayuda
Normalmente, la persona que accede a la situación de incapacidad permanente total tiene problemas de salud que necesitan ser tratados de forma efectiva. Esto es lo que lleva a que cuenten con bonificaciones muy amplias en la compra de medicamentos, pero también en la de aparatos auxiliares que puedan necesitar en casa.
La ortopedia y los dispositivos médicos suelen ser pieza de coste elevado, por lo que es normal que las personas que tengan reconocida la situación que aquí estamos viendo puedan acceder a estos productos con ciertas ventajas.
Sillas de ruedas, camas adaptadas y un largo etcétera de dispositivos pueden ser vitales para mantener una vida cómoda.
Qué ayudas son compatibles con la condición de incapacidad permanente total
Antes hemos mencionado algunos casos en los que la pensión por incapacidad permanente total era compatible con otros ingresos de ayudas como, por ejemplo, lo que sucede con el paro. Sin embargo, no es así en todos los casos, ya que no todos los ingresos procedentes de subsidios pueden ser combinados con la pensión que se obtiene por esta incapacidad. Vamos a ver algunos casos de forma más detenida para despejar las dudas que existen al respecto.
Cuándo se tiene derecho a la jubilación con la incapacidad permanente total
El primer caso que hay que tener en cuenta es el de la pensión por jubilación. Las dos pensiones son incompatibles. Así, si se cobra una, no se puede acceder a la otra.
Teniendo esto en cuenta y sabiendo que cualquier trabajador termina jubilándose, la pensión por incapacidad permanente total se extingue cuando se llega a la jubilación, aunque esto no suele significar en absoluto una merma para los ingresos de las personas.
Acceder a la jubilación desde un estado de incapacidad permanente total es también algo que está sujeto a ciertas condiciones. En el caso de que la discapacidad reconocida sea igual o superior al 45%, es posible jubilarse plenamente con hasta 5 años de adelanto a la fecha común.
Esto sin llegar a perder ningún tipo de porcentaje de la pensión por haber accedido de forma anticipada a la misma, algo que resulta una muy buena opción para todos los beneficiarios.
¿Existen ayudas para autónomos con incapacidad permanente total?
No existen en muchos casos ayudas directas como tal, pero sí que hay ventajas para aquellas personas que están cobrando la pensión por incapacidad permanente total y desean iniciar una actividad por cuenta propia.
El principal beneficio es que no tendrán que renunciar a la pensión que están recibiendo. Es decir, podrán sumar esta a los ingresos que genere su nueva actividad. Es más, esta es la misma situación que cuando se empieza a trabajar por cuenta ajena teniendo reconocida la situación que estamos abordando aquí.
Seguir recibiendo la ayuda mientras se inicia una nueva actividad por cuenta propia es algo que tiene numerosos beneficios, ya que permite comenzar a trabajar con una ayuda que suplementa los ingresos obtenidos.
Ayudas para familias con un miembro con incapacidad permanente total
La ayuda familiar en vigor en nuestro país se concede a aquellas personas que están en el paro y han consumido toda la prestación del mismo sin tener otro tipo de renta. En estos casos es cuando se puede solicitar.
Sin embargo, no es compatible con la prestación por incapacidad permanente total. Aunque una persona que cobre esta pensión sí que puede solicitar y cobrar el paro, no podrá hacer lo mismo en lo referente a la ayuda familiar.
Hay que tener en cuenta que la pensión por incapacidad permanente total ya puede tener reflejado un bonus si su receptor tiene a su cargo a cualquier persona dependiente como sucede en el caso de las familias. Esto explica que la ayuda familiar no sea compatible, ya que este extremo ya se contempla.
Cuáles son las personas que pueden pedir la incapacidad permanente total
No cualquier trabajador podrá solicitar la pensión por incapacidad permanente total, ya que esta tiene una serie de requisitos básicos que hay que respetar en todos los casos. Es importante conocerlos antes de lanzarse a solicitar la ayuda.
El primero de todos es el de no contar con la edad para jubilarse. Si se tiene dicha edad, cabe recordar que la pensión de la que hablamos y la de jubilación no son compatibles y que las autoridades harán que el trabajador que accede a la incapacidad se jubile definitivamente, algo que, además, es más ventajoso económicamente.
La segunda de las condiciones básicas es la de estar afiliado a la seguridad social en el momento en el que se produce la enfermedad común o el accidente que conduce a la incapacidad.
Para quienes no lo están, existen otro tipo de ayudas y pensiones, pero no podrán acceder en ningún caso a la que estamos explicando.
El tercer requisito tiene que ver con la cotización de los años anteriores a la situación en la que se produce el hecho que conduce a la incapacidad. Hay varios supuestos contemplados en este sentido.
El primero es el de tener menos de 31 años. En este caso, se debe contabilizar el tiempo transcurrido entre los 16 años y la edad en la que se produce la solicitud de la pensión. En este lapso, el solicitante deberá haber cotizado a la seguridad social un tercio del tiempo transcurrido como mínimo para acceder a esta ayuda.
Si se cuenta con una edad superior a los 31 años, la situación cambia. En este caso, se tomará como punto de partida para contar el tiempo de cotización los 20 años y será necesario haber estado de alta una cuarta parte de los años transcurridos desde dicha edad con un mínimo obligatorio de 5 años.
La quinta parte de este tiempo de cotización debe haberse realizado, además, en un tiempo concreto para que surja el efecto deseado. Si se tiene la obligación de cotizar en el momento en el que se solicita la pensión, este quinto deberá estar dentro de los 10 años anteriores al hecho acontecido que lleva a la solicitud de la pensión. En el caso de no estar en obligación de cotizar, el tiempo establecido deberá estar dentro de los 10 años anteriores al momento en el que cesó dicha obligación.
En el caso de que no se cumplan todos los requisitos que hemos expuesto, el solicitante verá que su solicitud es rechazada. Este podrá acceder a otro tipo de ayudas, pero no podrá acogerse a los beneficios que tiene la pensión por incapacidad permanente total por no contar con todos los requisitos que son de obligado cumplimiento para su obtención.
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Cómo solicitar la incapacidad permanente total
En el caso de que se cumplan los requisitos que se han expuesto antes, es cuando se debe solicitar de forma adecuada la pensión por incapacidad permanente total. Pero, ¿cómo se hace?
No hay que olvidar que este tipo de prestación y otras muchas son una de las responsabilidades de la seguridad social, por lo que son sus organismo administrativos los encargados de llevar a cabo todo el papeleo y las pruebas médicas pertinentes que conduzcan a dicha situación.
La primera forma de solicitar la ayuda es de forma presencial. Basta con pedir cita en la delegación provincial del INSS que corresponda en cada caso y llevar toda la documentación acreditativa de la situación para presentarla en el acto. El INSS estudiará la situación y valorará cada caso de forma detenida.
También se puede solicitar la ayuda de forma telemática. Para ello está disponible el portal de trámites del INSS en Internet. La ventaja de esto es que no hay que desplazarse ni solicitar cita previa, algo que resulta de lo más cómodo y ágil para poder llevar a cabo este tipo de trámites.
Para llevar a cabo el trámite a través del portal virtual del INSS es fundamental contar con alguno de los métodos de identificación que usa el sistema. Hablamos de certificado digital y otros similares, ya que la documentación que se presente debe ir perfectamente firmada por el solicitante para que surja efecto.
Los diferentes tipos de incapacidad permanente
La incapacidad permanente total es solo un tipo de las incapacidades permanentes que reconoce la seguridad social en nuestro país. Conviene que veamos de cerca los diferentes tipos para comprender qué es lo que cada uno ofrece.
Las principales diferencias se encuentran en el porcentaje de la base reguladora de cotización que se toma como referencia para calcular la cuantía de la pensión.
En el caso de la incapacidad permanente total, es el 55 %. Hay que tener presente que este porcentaje es el de partida, ya que hay hechos que pueden sumarse para obtener una cuota de cálculo mayor. Este mismo 55 % es el que se usa para la incapacidad permanente total cualificada. Realmente, esta situación implica prácticamente lo mismo que la que hemos analizado a fondo aquí, aunque tiene algunos matices particulares.
Después nos encontramos con la incapacidad permanente absoluta y con la gran invalidez. En ambos casos, el problema que lleva a dicha situaciones es tan grave que impide que el beneficiario de la pensión pueda realizar cualquier actividad laboral.
Es por ello que la pensión que se concede asciende hasta el 100 % de la base reguladora. Todo ello sujeto al dictamen de un tribunal médico que será el que determine el grado de invalidez de cada persona.
En definitiva, esto es todo lo que hay que tener en cuenta sobre la pensión de incapacidad permanente total. A esta se accede tanto por enfermedad común como por accidente laboral o no y ayuda a que muchas personas puedan disfrutar de una mejor calidad de vida tras sufrir un percance.